Introducción*
Las civilizaciones como obra del lenguaje;
el lenguaje como obra de las civilizaciones.(1)
Carlos Fuentes
Desde la composición del "Scherzo para banda" del costarricense Allen Torres en 1987, obra ganadora de un quinto lugar en el Festival de Havre, Francia; la música para banda sinfónica en Costa Rica ha empezado a tener un protagonismo importante tanto en el ámbito pedagógico como en el ámbito socio-cultural, al proveer no solo de un espacio para la creación musical y la formación de interpretes, sino también en la re-construcción del papel de las bandas profesionales, las cuales tuvieron un protagonismo muy importante desde 1828 hasta 1948(2), periodo durante el cual eran bandas militares.
Dado que en 1948 se elimina el ejército en Costa Rica, las bandas profesionales, como instituciones, entran en un período de transición conceptual y práctico respecto a su rol en la sociedad costarricense, el cual se puede decir que concluye en la década de los años ochenta, con la reformulación de dichos ensambles al formato sinfónico. La aplicación del modelo sinfónico tanto en las bandas profesionales como universitarias, dio como resultado la comisión de obras a los compositores costarricenses más destacados actualmente, entre los que se encuentran Benjamín Gutiérrez (1939), Allen Torres (1955), Eddie Mora (1965), Vinicio Meza (1968), entre otros.
Estas obras, enmarcadas en lo que puede considerarse un "nueva" práctica musical, (nueva en su sentido dialéctico, pues estan inmersas en el ámbito de una posmodernidad de rebote, y representan una relectura de los meta-relatos musicales de la modernidad), han ido creando un repertorio que contrasta con las obras compuestas para banda militar, no solo a nivel estético, ya que las anteriores respondían a un modelo identitario enfocado, por un lado, a la "creación de una música nacional" 3 (período al cual pertenecen obras como "La Gran Fantasía Sinfónica sobre temas Guanacastecos" de Julio Fonseca y la "Rapsodia Guanacasteca" de Alejandro Monestel, ambas producidas en la década de los años treinta) y por otro lado, a la producción de música militar, obras de corte "popular" y eclesiástico entendidas como mecanismos de constitución identitaria de la Costa Rica de la época, una Costa Rica postcolonial de primera república inmersa en la necesidad de "definirse" como entidad geopolítica dentro del inestable baremo centroamericano.
El baremo aún no ha cambiado, pero si la posición de los compositores, cuya producción musical, aúnque no deja de ser ideológica, como la de entonces, en su imaginario musical se permiten un espacio para la crítica respecto a su propio papel como productores de cultura y de identidad, en una Costa Rica que encara su herencia luego de la constitución de la segunda república en 1948.
Con el fin de analizar esta "nueva" música costarricense para banda sinfónica en su contexto dentro de la actual práctica musical en el ámbito académico y profesional de las bandas como instituciones culturales, se ha tomado a la teoría crítica de la música como modelo de análisis, esto con el fin de realizar un acercamiento al meta-relato construido alrededor de la experiencia musical, y entendiendo a la crítica como productora de lenguaje, y al lenguaje, entendido desde el dialogismo bajtiniano, donde la cultura es una experiencia polifónica.
NOTAS
Foto: Banda Sinfónica de la Universidad de Costa Rica (UCR), Directora Asistente: Susan Campos
*Este artículo consta de cinco partes, desde esta introducción hasta la génesis de una crítica. Y esta pensado como la primera parte de una análsis más profundo del tema en cuestión.
1. En: PAZ, Octavio. Los signos en rotación y otros ensayos (Prefacio); Alianza Editorial, 1991, p. 15
2. Este tema lo desarrollo en mi articulo "Military Band in Costa Rica (1828-1948)", publicado por Band International, Vol. 26, No. 3, Nov. 2004, p. 111-115, y Vol. 27, November 1, March 2005, p. 13-15
3. Vargas Cullel, María Clara, De las fanfarrias a las salas de concierto, Ed. Universidad de Costa Rica, 2004. p. 382
Dado que en 1948 se elimina el ejército en Costa Rica, las bandas profesionales, como instituciones, entran en un período de transición conceptual y práctico respecto a su rol en la sociedad costarricense, el cual se puede decir que concluye en la década de los años ochenta, con la reformulación de dichos ensambles al formato sinfónico. La aplicación del modelo sinfónico tanto en las bandas profesionales como universitarias, dio como resultado la comisión de obras a los compositores costarricenses más destacados actualmente, entre los que se encuentran Benjamín Gutiérrez (1939), Allen Torres (1955), Eddie Mora (1965), Vinicio Meza (1968), entre otros.
Estas obras, enmarcadas en lo que puede considerarse un "nueva" práctica musical, (nueva en su sentido dialéctico, pues estan inmersas en el ámbito de una posmodernidad de rebote, y representan una relectura de los meta-relatos musicales de la modernidad), han ido creando un repertorio que contrasta con las obras compuestas para banda militar, no solo a nivel estético, ya que las anteriores respondían a un modelo identitario enfocado, por un lado, a la "creación de una música nacional" 3 (período al cual pertenecen obras como "La Gran Fantasía Sinfónica sobre temas Guanacastecos" de Julio Fonseca y la "Rapsodia Guanacasteca" de Alejandro Monestel, ambas producidas en la década de los años treinta) y por otro lado, a la producción de música militar, obras de corte "popular" y eclesiástico entendidas como mecanismos de constitución identitaria de la Costa Rica de la época, una Costa Rica postcolonial de primera república inmersa en la necesidad de "definirse" como entidad geopolítica dentro del inestable baremo centroamericano.
El baremo aún no ha cambiado, pero si la posición de los compositores, cuya producción musical, aúnque no deja de ser ideológica, como la de entonces, en su imaginario musical se permiten un espacio para la crítica respecto a su propio papel como productores de cultura y de identidad, en una Costa Rica que encara su herencia luego de la constitución de la segunda república en 1948.
Con el fin de analizar esta "nueva" música costarricense para banda sinfónica en su contexto dentro de la actual práctica musical en el ámbito académico y profesional de las bandas como instituciones culturales, se ha tomado a la teoría crítica de la música como modelo de análisis, esto con el fin de realizar un acercamiento al meta-relato construido alrededor de la experiencia musical, y entendiendo a la crítica como productora de lenguaje, y al lenguaje, entendido desde el dialogismo bajtiniano, donde la cultura es una experiencia polifónica.
NOTAS
Foto: Banda Sinfónica de la Universidad de Costa Rica (UCR), Directora Asistente: Susan Campos
*Este artículo consta de cinco partes, desde esta introducción hasta la génesis de una crítica. Y esta pensado como la primera parte de una análsis más profundo del tema en cuestión.
1. En: PAZ, Octavio. Los signos en rotación y otros ensayos (Prefacio); Alianza Editorial, 1991, p. 15
2. Este tema lo desarrollo en mi articulo "Military Band in Costa Rica (1828-1948)", publicado por Band International, Vol. 26, No. 3, Nov. 2004, p. 111-115, y Vol. 27, November 1, March 2005, p. 13-15
3. Vargas Cullel, María Clara, De las fanfarrias a las salas de concierto, Ed. Universidad de Costa Rica, 2004. p. 382
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