jueves, enero 05, 2006

El dialogísmo bajtiniano como una propuesta de análisis.



Mijail M. Bajtin (1895 - 1975)




Uno de los principales retos de pretender un análisis dialógico en de la teoría critica de la música, es justamente analizar la arquitectónica que constituye una obra musical. A este respecto es importante considerar los aspectos teóricos del dialogismo como filosofía participativa, y sus elementos claves. La especialista en el ramo, Tatiana Bubnova, propone que:

(...) en el centro de todos los planteamientos está el acto ético surgido a partir de las relaciones yo-para-mí, yo-para-otro, otro-para-mí. (...) El acto concebido mediante la óptica mencionada es un "acontecimiento del ser" único e irrepetible, un encuentro entre sujetos con salida a nivel ontológico, pero a la vez es un encuentro pragmático, un fenómeno de la "vida". Puesto que el acto es un acontecer, es algo inacabado, algo que está haciéndose. Los sujetos participantes también están constituyéndose en el proceso (...) Este es un sistema de relaciones valorativas vitales básicas que conciernen a todo ser humano, y su articulación en cada uno de los campos de la actividad humana es una arquitectónica.1

Lo anterior concuerda con la hipótesis de Castillo Fadic2 donde una teoría crítica debe actuar sobre una arquitectura de fenómenos, inserta en un conjunto de relaciones. Un ejemplo de lo anterior es la frase "El folklore soy yo", la cual enfatizó hace ya varias décadas el gran compositor, músico y pedagogo brasileño Heitor Villa-Lobos; encontrando en este pensamiento el sentido real y visionario con que Villa-Lobos lo sentenció. 3

Con el fin de tratar de realizar un acercamiento a esta idea, se recurrirá a la trilogía conceptual Bajtiniana de "dado-planteado-creado" suscrita en el neokantismo coheniano y la Escuela de Nevel (Bajtin, M. Kagan, L.V. Pumpianski). Donde todo discurso es inconcluso, donde el ser es inconcluso y existimos en ese estado: "Mientras el hombre está vivo, vive porque no está concluido y por no haber dicho su última palabra". 1
Esto supone más que un problema de lenguaje, es un problema epistemológico y ontológico. Castillo Fadic lo define como una dialéctica entre un ego cogito y un ego conquiro, donde "la crítica del método no se reduce a desenmascarar las debilidades o incongruencias técnicas por las que se asigna erróneamente una identidad a un fenómeno musical determinado. Ella obliga (...) a construir un discurso teórico que asuma, aunque sea por refracción, a contrario, el conjunto de identidades que el relato musicológico no ha sido capaz de asignar y que permanece, por ello, en la sombra del espacio social". Donde, continua el autor, el "discurso analítico se funda sobre un proyecto estético y social que proviene en última instancia de la ideología, éste se articula sobre una actividad musical real, concreta, como objeto simbólico y como función cultural".2

Ahora bien, al lado de la trilogía bajtiniana como instrumento de análisis en una teoría crítica de la música, también se puede incluir otro enfoque de lectura, el de un análisis desde "cuatro condiciones de mimesis de su otro fundador" propuesto por Castillo Fadic, a saber:

-El occidente
-Lo popular
-El antípoda
-El pasado

Estas cuatro condiciones de mimesis de un "otro fundador", se pueden entender en la relación del lenguaje en la música y a través de la música. Suponiendo que dicha relación se establece en consecuencia a una condición de mimesis. Ejemplos de esta idea se encuentran en Adorno y Castillo Fadic. Adorno sostiene que "el arte nuevo trabaja en la transformación del lenguaje comunicativo en otro mimético" 4. Y Castillo Fadic que 2bajo la apariencia mimética, se ocultan funciones nuevas que son significaciones de resistencia". 2
Esta propuesta de análisis en relación a lo "nuevo" que se produce en el diálogo mimético, se realiza a partir del "ser" y el "deber ser" entre sí y respecto a "otro", donde el crítico se sabe dentro del diálogo entre ambos, como un tercero, que al mismo tiempo es unidad y otredad. Esta posición de definirse a través del otro, calza con la idea bajtiniana del "acontecimiento del ser" en el yo-para-mí, yo-para-otro, otro-para-mí. Y, como propone Bubnova, constituye una arquitectónica, estableciendose metonímica y metafóricamente es un diálogo entre factores y fenómenos referenciales.

En este sentido, puede leerse a Occidente como modelo de un lenguaje escrito con el cual se construye el lenguaje musical académico hegemónico5; lo Popular6, como modelo de un lenguaje oral que funciona como co-relato simbólico; al Pasado en referencia al meta-relato de una "población autóctona" (lo cual es en sí una distopía), y su relación con "poblaciones foráneas", sean estas migrantes, colonizadoras o traidas por la fuerza; en el caso de Costa Rica, esto se puede leer "como modalidad de pensamiento en razón de la idea de una América sin España (...)" 2 lo que implica un diálogo complejo dentro del imaginario identitario americano en general. Y, en el caso del Antípoda: "Habitante contrario de la Tierra"7, puede ser leído como alguien a quien tratamos de imaginar, pero irónicamente, dentro del meta-relato costarricense, el antípoda es el indígena, ese "otro" al que se mira desde la "otredad".8

Se han elegido estos enfoques de análisis a razón de enfatizar el valor de la "otredad" dentro de la construcción de una identificación cultural; otredad, que muchas veces es vista con resistencia, lo cual solo lleva al radicalismo cultural y a la negación de la riqueza del sincretismo. En palabras de Eric Auerbach :

El hombre que halla grato su país no es más que un bisoño principiante; el hombre para el que cada país es como el suyo propio es ya fuerte; pero sólo el hombre para el que el mundo entero es como un país extranjero es perfecto.9

En resumen, el dialogismo bajtiniano permite vislumbrar que una "teoría crítica adecuada a la comprensión de los fenómenos musicales tal como éstos acontecen en la inmediates territorial de la cultura"2 es en sí misma un problema metacrítico, y debe ser expuesta a un análisis riguroso, pues si bien es cierto se hace necesario centralizar el objeto de estudio enmarcándolo, no se debe olvidar que el marco cumple una función metonímica y metafórica a la vez, existe en el diálogo entre realidad, ficción y virtualidad.10

NOTAS

1. ZAVALA, M. Iris. Bajtin y sus apócrifos, ANTHROPOS, 1996, p. 18
2. CASTILLO FADIC, Gabriel. Epistemología y construcción identitaria en el relato musicológico americano. Rev.music. chil.. [online]. jul. 1998, vol.52, no.190 [citado 04 Octubre 2005], p.15-35. (Disponible en la World Wide Web: . ISSN 0716-2790.
3. http://www.imaginario.org.ar/vecinos/polomarti/folkimaginario1.htm)
4. ADORNO, Teodoro W., Sobre la Música (Introducción de Gerard Vilar: Universitat Autónoma de Barcelona), PAIDOS I.C.E./U.A.B., 2000
5. Entendiendo legitimidad como facturación jerarquica de los centros hegemónicos y contrahegemónicos de la producción cultural occidental, pues en América somos occidentales hasta que se nos señala como "latinoamericanos" y nos volvemos el patio tracero de alguien más.
6. Sea en la experiencia in vivo de la tradición y el folclore, o en las construcciones estereotipadas in vitro de la industria musical.
7.http://www.cervantes.es/internet/gab/biografia_cervantes/glosario/htmlssss/htm/340.htm
8. Bernal Flores en su libro "La Música en Costa Rica", Editorial Costa Rica (1978), dedica el capitulo I a "La música de nuestros indios", p. 21-29. En dicho capitulo traduce lo que él entiende como un lenguaje musical al lenguaje occidental, con todas sus implicaciones, y lo hace a través de su cognición como occidental, determinando su otredad ante el ese ?lenguaje? que no conoce: el indígena.
9. Eric Auerbach, citado por McGrane (1989). En: FEATHERSTONE, Mike. Culturas Globales y locales. Criterios, La Habana, No. 33, 2002, p.69
10. Citando a mi colega, la Teoríca del Arte chilena, Pilar Castellón (2005)

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