jueves, enero 05, 2006

Hacia una Teoría Crítica de la Música


Se ha considerado pertinente realizar un acercamiento a la episteme de la crítica, ella misma como construcción del lenguaje. A este respecto la teoría crítica, entendida en el sentido de Adorno, expone:

(...)lo que la crítica hace, (...)es configurar históricamente modos de percepción del arte, modos de acercamiento al mismo que, históricamente constituirán su contenido de verdad. 1

Esta idea de un "contenido de verdad" en la teoría crítica, responde a la posición ideológica de la Escuela Francfordtiana de primera generación, donde la crítica es entendida como instrumento metodológico para llegar a una certeza, a un conocimiento "racional", y esto, con todas las implicaciones del caso.

Desde el punto de vista dialógico "(...) esta verdad en ningún momento debe concebirse como inmóvil y absoluta. Nuestras lecturas son válidas siempre y cuando no las eternicemos"2. A este respecto Carlos Fuente afirma:

Ninguna obra (...)se encuentra determinada histórica o ideológicamente para siempre(...)Lo que cuenta es la continuidad de la obra como legible.


En este sentido, puede entenderse a la crítica como un: "ser dialógicamente". Ya que puede existir como "acontecimiento del ser" y como "discurso ajeno", el cual consiste en una "(...) respuesta o réplica a un enunciado anterior (...); pero los márgenes de este dominio rozan el de la teoría del conocimiento, la estética y la antropología filosófica, la filosofía de la historia. En estos márgenes surge el problema de los alcances del conocimiento racional, problema que a su vez apunta hacia la "heterociencia", aquella que mina los cimientos de la razón cartesiana al mostrar las propiedades activas y responsivas del objeto de la cognición, y en ocasiones su influjo formativo sobre el propio sujeto."2

En este sentido, trabajar bajo el enunciado de la búsqueda de un contenido de verdad se entiende como un acto ético, y "el concepto central en torno al cual el acto ético se estructura es el de responsabilidad"; es decir, "la ética no es la fuente de los valores sino el modo de relacionarse con los valores." , esto considerando que "(...)la fuente de los valores es el sistema de relaciones con el otro".2

Esto implica que quien ejerce la crítica se "encuentra críticamente" en relación con su otro, sobre el cual ejerce la crítica, estableciendo una relación dialógica. Donde "ser es comunicarse dialógicamente", y donde el lenguaje es un hecho compartido y el discurso una respuesta, pues implica un enunciado anterior. En este sentido el acto ético será por principio una "filosofía participativa".

Este aspecto dialógico en la crítica es importante pues asume el sentido de "otredad" en su valor participativo, el cual puede ser entendido como un significante constructivo y no separatista o segregacional, ni siquiera híbrido. La "otredad" constituye un "yo soy", entendido en el sentido bajtianano de "yo también soy" .

A este respecto Susan Sontag sostiene que: "La función de la crítica debiera consistir en mostrar cómo es lo que es, incluso que es lo que es, y no en mostrar qué significa". Pero esto supone un problema, el que "toda la conciencia y toda la reflexión occidental sobre el arte ha permanecido en los límites trazados por la teoría griega del arte como mimesis o representación." Además, "las doctrinas modernas más celebradas e influyentes, la de Marx y la Freud (según Sontag), son en realidad sistemas hermenéuticos perfeccionados, agresivas e impías teorías de la interpretación (...) Para Marx, los acontecimientos sociales, como las revoluciones y las guerras; para Freud, los acontecimientos de las vidas individuales (...), al igual que los textos (como un sueño o una obra de arte), todo ello está tratado como pretexto para la interpretación. Según Marx y Freud estos acontecimientos sólo son inteligibles en apariencia. De hecho, sin interpretación, carecen de significado. Comprender es interpretar. E interpretar es volver a exponer el fenómeno con la intención de encontrar su equivalente."3

La idea de interpretar como comprender es parte del ser occidental, por ejemplo, una posición como la adorniana, donde se busca llegar a un "contenido de verdad", se sustentada en el criticismo kantiano, lo que implica "(...)investigar las fuentes de las propias afirmaciones y objetos y las razones en que las mismas descansan, método que da la esperanza de llegar a la certeza" 4. Esta posición puede ser leída dialógicamente, pues se establece en el sentido de asumir la responsabilidad sobre la posibilidad de una "verdad ideológica"5, y actuar en consecuencia. La crítica así entendida supone una metacrítica, entendiendo que todo contenido de verdad es en sí ideológico y que ante esto toda certeza contiene incertidumbre.
Entonces en una teoría critica del fenómeno musical, "no se trata (...) de encontrar una identidad sino de comprender cómo, por quién y por qué ha sido buscada", y, además, como esto conforma "una dialéctica interna de inclusión y de exclusión de valores que parecieran ir siempre en provecho de una identidad selectiva"6. Pues una "identidad" supone homogeneidad, es decir, se trata de una búsqueda de identificación, en el sentido de autoreconocimiento. En palabras de Paul de Man:

(...)since it (the text) does not mean to say what it actually says, it is a fiction, but a fiction that, in the hands of the right community of readers, will become fact. 2

Pero una teoría crítica de la música no puede ser "(...) un intento de volver a exponer el fenómeno con la intención de encontrar su equivalente" , ni tampoco un discurso excéntrico sobre un centro de "verdad". Una teoría crítica de la música, debe situarse en los elementos que conforman el fenómeno estudiado y analizarlo de manera polifónica, sin olvidar que cada una de las voces constituye una ideología y un contexto, lo cual implica una infinitud de posibilidades contrapuntísticas. A las cuales debe sumarse la voz de quien ejerce la crítica, quien la ejerce, ejerce su responsabilidad personal estableciendo un diálogo entre la intersubjetividad y la intertextualidad en su "yo también soy". La crítica de esta naturaleza es una continuación del objeto o sujeto sobre el cual se ejerce, existiendo dialógicamente.

Entonces, el lenguaje crítico cumple una función en la música, la de establecer un diálogo y la de legitimar una experiencia. Considerando lo anterior, un sistema musical puede ser abordado como correlato antropológico, si además agregamos la "teoría de la relatividad general" de Lévi Strauss , contribuyendo a la confusión general.

Además, dado que en este caso específico se trata de aplicar la teoría crítica a la música producida por compositores costarricense, es importante señalar lo que Castillo Fadic denomina como una "doble exigencia" en la construcción de un relato-discurso sobre la música en América, donde se experimenta la "adhesión a los estilos de escritura europeos disociados de su contexto de origen", y la "incapacidad de administrar el contacto permanente con sistemas musicales que se sitúan fuera de sus parámetros de legitimidad. Todo esto según la condición de mimesis de su "otro" fundador. La adhesión a su "fuera" es proporcional al fracaso en la aprehensión de su "dentro" (...)pues pretende, discursiva e institucionalmente, simbolizar una lectura circular de la historia."6

Partiendo de dichos enunciados, la idea de la música producida en Costa Rica se vuelve un texto y una imagen, pues es resultado de un meta-relato musicológico sobre una experiencia musical. Esto hace necesario investigar cómo se manifiesta dicho meta-relato en la experiencia musical per se. Se trata de aplicar una teoría crítica al relato planteado por la música escrita, en este caso particular, a la música escrita para banda sinfónica.

NOTAS

1. ADORNO, Teodoro W., Sobre la Música (Introducción de Gerard Vilar: Universitat Autónoma de Barcelona), PAIDOS I.C.E./U.A.B., 2000, pp. 21
2. ZAVALA, M. Iris, Bajtin y sus apócrifos, ANTHROPOS, 1996
3. SONTAG, Susan. Contra la interpretación. Alfaguara S.A 1996
4. Hessen, Teoría del conocimiento.
5. A este respecto el sociólogo José Antonio Egido sostiene que: "el arte y la cultura son los productos estéticos e ideológicos de una sociedad concreta y expresan sus ideas, sus valores y su moral".
Ver: www.45-rpm.net/palante/realsoc.htm
6. CASTILLO FADIC, Gabriel. Epistemología y construcción identitaria en el relato musicológico americano. Rev. music. chil., jul. 1998, vol.52, no.190. (Disponible en la World Wide Web: . ISSN 0716-2790.)

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