lunes, junio 19, 2006

Por una autofagia del pensamiento musical


La extrema objetivación de la práctica musical esta saturando de tal forma a los músicos profesionales que ya parecen más máquinas futurista que personas. Un ejemplo es cómo el estudio o ejecusión de una obra, se convierte en un acto caricaturezco de lo que "se supone hace un músico" ¡Nos estamos momificando! Y lo más ridículo es que justamente la momificación es un intento de trascender la muerte, o conservar el cuerpo para otra vida, pero un cuerpo "muerto", seco, sin carne ni sangre... un cuerpo que tarde o temprano terminará en un museo, bajo la mirada voyeurísta de un público ... (¿no parece esta la alegoría de un concierto?).

Tenemos que salir del exclavísmo de los formalismos académicos y no convertir la exploración de la partitura o el acontecimiento musical en un acto de acumulación de conocimiento o de experiencia, tratar de buscar en la autofagia de la música una forma de conciencia, de pensamiento. Autofagia de nuestra propia condición como carne y sangre aquí y ahora.

Nuestra condición de ursupadores, de imitadores históricos y sirvientes de la industria musical, nos han transformado en repetidores, en "imágenes". Y el pensamiento musical, - si es que aún existe o se práctica más allá de la verborrea y hambre acumulativa de la musicología- , ha pasado a ser un artículo más en el mercado intelectual y del entretenimiento.

El acto de "hacer música", la musicalidad como forma de vida, es también una "forma de ganarse la vida" (citando a Daniel Barenboim). Lo cual no deja de ser una realidad práctica. Pero, tiene que haber algo más, no se trata sólo de poder pagar las cuentas y disponer del pasaporte del dinero, se trata de la vida de una criatura, de una criatura orgánica, de nuestra propia condición de seres vivos.

Si convertimos nuestra profesión en un acto arqueológico, ¿cuál es el lugar, el aporte de la arqueología musical, del acto teatral del concierto, de la música comunitaria?, si actualmente sólo damos "citas", actos de reafirmación de audiciones e ideas anteriores, como si vivieramos para la revalidación del pasado, o peor aún, de una "idea" de futuro. La propia conceptualización de "conservatorio" lo dice claramente.

El pensamiento musical necesita volverse autofágico.... hay que leer más a Susan Sontag y menos a Joaquín Zamacois. Necesitamos urgentemente dejar esa actitud conformista del oído absoluto y el seudo-virtuosismo mecanicista. Si la pasión por la música occidental y su fausticidad tiene aún víseras para seguir viviendo y sobreviviendo, es por su genética prometéica... ¡Pero la estamos matándo!, y con ella, a la posibilidad de nuestra propia supervivencia como profesionales, pues cuando llegue el día en que la inteligencia artífical y la ingeniería genética creen a quienes sean capaces de realizar la "copia perfecta", solo nos quedará la voluntad de seguir siendo musicales por propia conciencia. Si es que aún recordamos que significa eso.



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2 comentarios:

Susan Campos Fonseca dijo...

Subject: artículo
From: Carme Miró carmemiro@telefonica.net
Date: Wed, June 21, 2006 9:34 pm
To: info@susancampos.com
Priority: Normal
Options: View Full Header | View Printable Version


" Hola Susan:

(...) Me alegra mucho tener noticias tuyas; a menudo leo tu bloc el D.C.I. El blog de
Música con Ñ se me ha pasado por alto. Voy a estar más atenta .

Bueno, acerca de tu artículo me parece muy interesante. Tienes una forma de
expresarte muy directa y das a entender una espotaneidad que no se suele encontrar
en los textos musicales.
Me han gustado especialmente los siguientes fragmentos:


El pensamiento musical necesita volverse autofágico.... hay que leer más a Susan
Sontag y menos a Joaquín Zamacois.


Nuestra condición de ursupadores, de imitadores históricos y sirvientes de la
industria musical, nos han transformado en repetidores, en "imágenes".

Tenemos que salir del exclavísmo de los formalismos académicos y no convertir la
exploración de la partitura o el acontecimiento musical en un acto de acumulación de
conocimiento o de experiencia, tratar de buscar en la autofagia de la música una
forma de conciencia, de pensamiento. Autofagia de nuestra propia condición como
carne y sangre aquí y ahora. (...)

Un abrazo
Carme Miró "

(Por razones personales sólo se incluyen los extractos relacionados con el artículo en cuestión)

Anónimo dijo...

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