
Luego de la denominada "Era dorada", cuya imagen más popular es la de Karajan (así, a secas), toda una generación de estupendos directores y directoras no hace más que batirse en duelo para ver quién ocupa su trono, algo completamente absurdo.
El problema es que "el mundo de la música clásica", aunque cueste admitirlo, es tan superficial o "superflat" (para usar la denominación de Takashi Murakami) como cualquier industria, igual que la del pop, el jazz, el rap y así hasta más no poder entre todas las "músicas" del mercado.
El público "cosifica" a los directores, incluso las directoras han caído en esta trampa mortal. No solo se trata de que "los abonados" quieren su pan y circo, sino que los profesionales de la música consideran que es necesario cumplir con esta expectativa: Ser el siguiente Karajan. Y no se trata de "tradición", como asegura SUÑÉN en su reportaje, sino de mercado, de marketing.
Lo único que se vislumbra es caricatura, una profesión que exige tanto de quienes la ejercen no debería caer en semejante falacia, pero quien paga es quien manda en la fiesta.
Enlace a reportaje
Enlace a Herbert von Karajan Centrum
Foto: "Herbert von Karajan, fotografiert von R.Lebeck"
1 comentario:
Estimada Susan, no había leído tu comentario.
Espero podamos comunicarnos y hablar sobre acusmática y temas relacionados
Te dejo mi e-mail:
mankacen@yahoo.com
Saludos cordiales,
Alejandro
mankacen.blogspot.com
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