Para los que hemos crecido rodeados de la imagen mediática de
Herbert von Karajan, la celebración de su centenario (Salzburgo, 5 de abril de 1908 - Anif, cerca de Salzburgo, 16 de julio de 1989), no pasa desapercibida, y mucho menos cuando durante los últimos años la gran querella es ¿quién ocupará el trono de Karajan?
Las figuras mediáticas del mundo de la música "clásica" deben muchísimo a Karajan, él, como ningún otro, supo llevar el ideal wagneriano del "artista total", o digamos mejor del "artista emperador" a sus límites más insospechados.
Pero la Edad de Oro, compuesta por nombres que todos recordamos no deja de ser, como en los "estudios cervantinos", una apología de la infertilidad de nuestra época, abocada a recuperar ídolos del pasado y soñar en sus museos con tiempo mejores. Quizás si reparamos más en el valor del aporte de cada individuo, como por ejemplo en figuras como las de
Daniel Barenboim, que siguen su camino... en lugar de tratar de ocupar el "trono" de otro, el olor a estancia cerrada de los teatros se disiparía un poco.
No podemos negar que todos los que hemos tomado una batuta en nuestras manos recordamos a Karajan y sus producciones para
Deutsche Grammophon, o que Berlín, como viejo imperio codiciado, es el Avalon de muchos Camelots... pero quizá por ello los
proyectos venezolanos de Abreu sean hoy en día un regocijo mundial, porque ellos, han creado una alternativa, se han buscado su propio camino.
En todo caso, para los que seguimos teniendo incrustado en nuestra memoria, a este hombre astuto y genial, este centenario tiene su significado, y lo recordamos... A este respecto, la producción en encuadernado de lujo con 2 CD´s y 1 DVD en una producción magnífica de
Deutsche Grammophon, que incluye un libro ilustrado como homenaje a su legado, excelente, como todos los trabajos de la prestigiosa firma, acuerpa de manera especial su iconoclástica.
